La decoración de cualquier espacio es algo muy personal. A pesar de las reglas y patrones a seguir, cada cual debe darle su toque personal e imprimir su propio estilo. No obstante, hay errores que deben evitarse. Aquí te traemos los más comunes:
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MENOS ES MÁS.
El exceso sin sentido hará que la decoración de tu casa sea un completo desastre. Siempre hay un equilibrio para todo, aunque será más difícil el balance cuantos más elementos introduzcas en la ecuación.
Una habitación despejada, con los elementos justos lucirá siempre mejor. Libérate de aquellos objetos sobrantes y que no hacen más que hundir tu decoración. Deja espacio para que los objetos puedan respirar. Evita sobrecargar tus estanterías y muebles abiertos . Selecciona y no acumules muchos objetos. Mejor pocos pero bien elegidos. Menos es más.
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PALETA DE COLORES.
Una mala elección del color de una habitación siempre pasa por pintar la habitación sin haber probado antes el color. Todos tenemos un color preferido, que nos encanta y pensamos que si dicho color nos fascina, quedará bien en cualquier lugar. Error! Los colores tienen su ciencia y hay que aplicarlos en función del tamaño, luz y efecto que queremos lograr.
Otro error común es pintar una estancia con un color demasiado oscuro. La decoración puede mejorar reforzando la iluminación y combinando con algún toque claro en muebles y textiles.
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VESTIR LAS PAREDES.
Ya sean pinturas heredadas, una colección de fotografías o unas láminas antiguas, el impacto de una pieza depende de la forma en que se muestre.
Lo más importante es la altura a la que se colocan. No estamos en un museo; debes colocar las piezas con el punto central a la altura de los ojos, si se van a ver mayoritariamente estando de pie. Y un poco más bajas si se van a ver sentados.
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COCINAS BLANCAS PERO SIN CALIDEZ.
El blanco es una apuesta segura para los muebles de la cocina pero se corre el riesgo de que parezca que estamos en un hospital, con un ambiente demasiado frío.
Introduce algún pequeño electrodoméstico o utensilio de cocina en color. Deja una pila de platos bonitos a la vista o un cuenco con frutas y verduras sobre la mesa. Una pequeña zona para libros también es una buena idea para darle un toque cálido a la cocina.
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MALA ELECCIÓN DE LOS PUNTOS FOCALES.
Si entras en una habitación y nada llama tu atención, o lo que es peor, todo la llama, estamos ante un claro error de decoración. Se trata de encontrar un un punto de partida para que el ojo descanse antes de abarcar visualmente la totalidad de la estancia.
Un elemento arquitectónico, una chimenea, un espejo, una pared texturizada o una alfombra llamativa pueden servir como punto focal. A partir de él, organiza el resto de piezas de la estancia.
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ALERGIA A LOS CAMBIOS.
Quizás hayas logrado un estilo en el que te sientes a gusto y qué funciona, pero estás cansado de lo mismo. Recupera la energía con nuevos accesorios o apuesta por cambiar los muebles de sitio. Renovarse o morir.
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EL TAMAÑO SÍ IMPORTA.
Uno de los errores más comunes es emplear alfombras demasiado pequeñas para el espacio en el que se ubican. Una alfombra pequeña en un espacio grande muestra un aspecto débil. Parece como si la hubiéramos tirado ahí en medio.
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MALA ILUMINACIÓN.
La iluminación que elegimos para nuestra casa puede cambiar totalmente su aspecto. Apuesta por tener una iluminación general, otra ambiental y, por último, una puntual que destaque los puntos fuertes del espacio. Si no sabes como hacerlo, aquí te dejamos algunos consejos sobre iluminación.
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ESTILO PROPIO.
Se trata de decorar en conjunto, con un planteamiento global y no hacerlo por impulsos. No se trata de que toda la estancia sea monótona, si no de que haya elementos decorativos que relacionen todo entre sí y sean un verdadero hilo conductor.
No copies un catálogo o trates de introducir todas las tendencias de moda a la vez. Recuerda que los espacios tienen que transmitir su propio carácter, una extensión de tu propio carácter.